26/05/2021
Diego López Llorente
Director de Admisión, Facturación y Documentación Clínica
Hospital Universitario San Francisco de Asís (Madrid)
¿Qué papel juegan los servicios de Admisión en la gestión de un centro hospitalario?
El servicio de Admisión de cualquier hospital es un servicio estratégico, dado que es el encargado de ordenar todos los flujos de pacientes y procesos hospitalarios, siendo la herramienta clave en el soporte a todos los procesos asistenciales. Desde el servicio de Admisión se gestiona todo lo relacionado con la ocupación de camas, de traslados, programación quirúrgica, filiación de pacientes en los distintos servicios, captura de actividad realizada, obtención y análisis de indicadores clínicos y de gestión, así como de gestionar la Historia Clínica y otras cuestiones. En definitiva, es un servicio que da apoyo a todas las tareas administrativas que surgen tras cualquier proceso asistencial.
¿Cuál ha sido el papel de este servicio durante la pandemia?
Los Servicios de Admisión de los hospitales públicos y privados de la Comunidad de Madrid, han ejercido un papel clave durante este año que llevamos de pandemia. Si normalmente la mayor parte del trabajo se centra en gestionar la actividad programada, durante la pandemia (especialmente en la primera oleada de los meses de marzo, abril y mayo del 2020) estos servicios se han centrado en atender la demanda asistencial generada por la oleada de pacientes que acudían a urgencias con síntomas compatibles con la infección por SARS-COV-2. Su papel ha sido clave a la hora de reestructurar servicios de urgencias, redefinir circuitos de “limpio/sucio”, ampliación de espacios de hospitalización, duplicar camas en habitaciones, abrir/cerrar plantas de aislamiento, coordinación con otros centros hospitalarios para la gestión efectiva de los pacientes trasladados, gestionar los traslados de una unidad de hospitalización a otra, entre otros.
Además, cabe reseñar, que actualmente son servicios clave para sacar adelante el gran reto al que nos enfrentamos, al permitir que un hospital pueda seguir su normal funcionamiento, por un lado, organizando la demanda asistencial programada existente, y por otro, la atención de pacientes COVID + en las mejores condiciones.
Por otro lado, el Servicio de Admisión y Documentación Clínica es el encargado de recoger la información y analizar los indicadores de gestión, lo que ha servido para permitir un análisis detallado de lo que ocurrió en la primera oleada de la pandemia y tomar lecciones de lo vivido para la mejora de la gestión en las distintas oleadas que estamos viviendo en la actualidad.
¿Cuál ha sido el principal hito que ha vivido el Servicio de Admisión de su hospital durante la pandemia?
Han sido múltiples los hitos vividos durante estos meses, como anteriormente he descrito (reestructuración de plantas de aislamiento, adecuación de espacios para el tratamiento de pacientes COVID y no COVID, etc.), pero si tuviera que destacar uno de ellos -que no ha sido originado con motivo de la pandemia, pero que sin duda ha servido de gran ayuda para la gestión de esta- ha sido la implantación de la Historia Clínica Electrónica en marzo de 2020. Nuestro hospital, es un hospital católico, referente en Madrid, con 80 años de historia y que durante estos años está viviendo un proceso de transformación a nivel tecnológico, a nivel de infraestructuras y, como no podía ser menos de transformación digital.
Después de una remodelación a nivel estructural, con ampliación del número de habitaciones, nuevo servicio de neonatología, nuevo bloque quirúrgico monográfico de oftalmología, nueva Unidad de Cuidados Intensivos, ampliación y remodelación de consultas, puesta en marcha del nuevo servicio de análisis clínicos, etc., una inversión en equipamiento tecnológico de diagnóstico y tratamiento, y tras más de un año preparando la implantación de la Historia Clínica Digital, el 1 de marzo del 2020 la pusimos en marcha y sin duda ha facilitado muchísimo la atención a los pacientes -especialmente pacientes COVID- y la información a familiares por parte de equipos médicos, dado que los pacientes se encontraban en situación de aislamiento.
¿Cómo ha sido la colaboración con la Sanidad Pública en estos momentos de pandemia?
En la Comunidad de Madrid, con motivo de la pandemia, podemos decir que la colaboración entre sanidad pública y privada ha sido total. Los estudios indican que el volumen de pacientes COVID atendidos por la sanidad privada ha sido cercano al 15-20 % del total de pacientes COVID atendidos en España. Desde el primer momento de la pandemia, se constituyó un grupo de expertos en la Comunidad de Madrid del que formaron parte profesionales de la sanidad pública y privada que sirvió para coordinar toda la atención a los pacientes COVID y NO COVID de la Comunidad. Los hospitales privados quedamos bajo el mando único de la Comunidad de Madrid y dentro de nuestras posibilidades atendimos las derivaciones de los pacientes de la sanidad pública. Remarco el “dentro de nuestras posibilidades” dado que en Madrid los hospitales privados también sufrimos la saturación de nuestras urgencias y la altísima presión asistencial en nuestras UCI y unidades de hospitalización, ya que en Madrid es mucha la población que no es subsidiaria de atención sanitaria pública (MUFACE, MUJEJU e ISFAS) y existen muchos pacientes con doble aseguramiento (público y pólizas privadas) que acuden a nuestros centros como primera opción.
¿Qué acontecimientos le han marcado como directivo de un hospital en plena situación de pandemia?
La verdad es que, durante este año, especialmente en las primeras semanas tras la declaración del Estado de Alarma, desde los hospitales hemos vivido una serie de acontecimientos que, desde mi punto de vista, ninguno de nosotros podíamos imaginar que íbamos a vivir. En los meses de marzo y abril, por las calles de Madrid y sobre todo en sus hospitales estábamos viviendo una situación que se parecía más a un estado en guerra que a una ciudad europea y moderna del siglo XXI como la que es nuestra capital.
Si tuviera que quedarme con dos anécdotas, la primera es el recibimiento al personal de la UME en el propio hospital con autobuses (forrados de plásticos) y vehículos militares en los que trasladaban a pacientes entre centros hospitalarios y se recogían los cadáveres de pacientes fallecidos que se acumulaban en las morgues de los hospitales por el colapso de las empresas de servicios funerarios, que desempeñaban su trabajo con una humanidad y profesionalidad dignas de mención.
El otro acontecimiento con el que me quedo es el sentir en mi propia persona el orgullo de ver a todo el personal del centro, tanto médicos, enfermeras, auxiliares, trabajadoras sociales, equipos de dirección y gestión y resto de profesionales sanitarios y no sanitarios haciendo jornadas maratonianas, doblando turnos, volcándose en la atención a los pacientes -muchas veces, poniéndose en riesgo a sí mismos- y en definitiva, dando lo mejor de ellos para sacar adelante a los pacientes y revertir esta situación.