Las prácticas de autocuidado mejoran la calidad de vida, los resultados en salud y aumentan la eficiencia y sostenibilidad de los servicios sanitarios

24/07/2024.- En el Día Internacional del Autocuidado, la Fundación Economía y Salud pone en valor la importancia de promover la salud individual mediante la formación y el empoderamiento del paciente.

Según la Organización Mundial de la Salud, el autocuidado es la capacidad de las personas de promover la salud, prevenir enfermedades y hacerles frente con o sin el apoyo de profesionales. Una práctica que distingue a los pacientes como protagonistas activos de su propia salud, ya sea para prevenir enfermedades o para controlarlas a través de la recuperación y la rehabilitación, entre otras acciones.

El 24 de julio es el Día Internacional del Autocuidado, proclamado por la Federación Mundial del Autocuidado, nos invita a reflexionar acerca de nuestros hábitos diarios, a fin de aplicar los cambios necesarios que favorezcan nuestra salud física y mental.

“Una buena campaña de concienciación ciudadana, enfocada a mejorar el autocuidado de las personas, supone una inversión inicial que será compensada con creces al mejorar la salud de nuestros ciudadanos, la productividad del país, el consumo de recursos y la reducción del gasto en medicamentos, entre otras cuestiones”, explica Alberto Giménez Artés, presidente de la Fundación Economía y Salud.

EL EMPODERAMIENTO DEL PACIENTE, CLAVE PARA EL AUTOCUIDADO

De acuerdo con el “Índice FES: Estudio para la evaluación y mejora de los servicios en salud”, elaborado por la Fundación Economía y Salud, la formación y el empoderamiento del paciente es un área clave para mejorar la eficiencia del sistema sanitario y los resultados en salud.

Tanto es así, que una de las áreas de este estudio está dedicada al “Empoderamiento del paciente para promover la salud y prevenir la enfermedad”, y pretende medir el grado de desarrollo e implementación de medidas relacionadas con el autocuidado incorporadas a los diferentes sistemas de salud autonómicos del país. En el Índice FES 2024, se pudo comprobar que las Comunidades Autónomas participantes están dando buenos pasos en la estrategia de promoción de la salud y prevención de la enfermedad, toda vez que la puntuación media obtenida por las mismas en este ámbito ha sido de 6,18 sobre 10.

No obstante, queda mucho por hacer, tal y como explica Ignacio del Arco Herrera, miembro del Comité Científico de la Fundación y coordinador del área. “Hay que poner el foco en el binomio de educación y salud, que es donde radica la gran importancia de la alfabetización para la salud para la mejora de los sistemas de atención. Aunque lleva varias décadas desarrollándose y se ha convertido en una estrategia global, su implementación definitiva todavía queda relegada en la práctica por una visión a corto plazo que impide ver su impacto en la eficiencia y sostenibilidad del sistema”.

Una mayor alfabetización en salud es la base del empoderamiento, ya que permite a las personas comprobar el enorme impacto que tiene el autocuidado en sus vidas, al mejorar de forma sensible su propia salud y la de su entorno, a la vez que les facilita recursos prácticos para poder disfrutar de una mayor autonomía y seguridad para afrontar la gestión de enfermedades, sobre todo en las patologías crónicas.

En esta línea, las Escuelas de Pacientes son, sin duda, un recurso de gran valor en todos estos procesos, y, por tanto, es imprescindible fortalecer y ampliar su actividad como agentes activos en la educación para la salud de la ciudadanía a través de la generación de materiales y recursos que aprovechen los formatos y canales digitales. Esto permitirá aumentar su alcance en la organización de campañas específicas, en su interrelación con el sistema educativo y en su papel de potenciadores de la figura de pacientes expertos o activos como apoyo entre iguales y fuente de mejora continua del sistema de atención.