29/07/2024.- Nuestro Sistema Nacional de Salud sin una política de cuidados adecuada no es viable. Curar y cuidar son esenciales y deben coordinarse para que, bien simultáneamente o de forma sucesiva, aseguren una continuidad asistencial, imprescindible para ajustar los recursos a las necesidades, logrando al mismo tiempo mejores resultados en salud y una mayor eficiencia.
Cuidar de nosotros mismos, cuidar al otro y diseñar programas que cuiden profesionalmente a personas que lo necesitan a lo largo del día o de la noche es esencial para prevenir enfermedades, promocionar la salud, evitar hospitalizaciones innecesarias, disminuir las estancias y hacer un adecuado seguimiento de la cronicidad que evite reagudizaciones. De esa forma entramos en un círculo virtuoso ya que la mejora de resultados en salud evita gastos, lo que permite nuevos recursos que a su vez generan mejores resultados en salud. Una buena estratificación de la ciudadanía y el seguimiento adecuado nos permite identificar posibles amenazas a la salud y tomar medidas preventivas.
Curar y cuidar son esenciales y deben coordinarse para asegurar una continuidad asistencial. Cuidar de nosotros mismos, cuidar al otro y diseñar programas que cuiden profesionalmente a personas que lo necesitan a lo largo del día o de la noche es esencial para prevenir enfermedades
Llegada la enfermedad podemos tratarla en el domicilio sin necesidad de traslados al hospital con el consiguiente incremento de confort en las personas y ahorro de costes. En los casos en los que procede el ingreso hospitalario por la gravedad de la situación y una vez estable el paciente, podemos adelantar el alta sin demoras injustificadas. Y todo ello es posible si contamos con políticas y recursos sociales que den apoyo a estas personas que pueden necesitar, junto a una atención sanitaria, unos cuidados que le permitan seguir o volver a sus domicilios cuanto antes para continuar su convalecencia en casa o evitar traslados innecesarios.
El enfermo necesita que le curen pero también que le cuiden, que se sienta acogido, comprendido. Ello incrementará su confort y calidad de vida. Situación que le ayudará a superar lo mejor posible su enfermedad, su convalecencia y su rehabilitación.
Podríamos evitar un número importante de reagudizaciones con un buen seguimiento de los enfermos crónicos y de sus tratamientos. La falta de adherencia al medicamento produce un gasto innecesario de millones de euros fácilmente evitable si muchos de nuestros mayores tuvieran una persona cercana que les recordara la toma de su medicación. Supone un porcentaje alto el de los pacientes que permanecen más tiempo del necesario en un hospital de agudos, una vez estables, al no poder darles el alta a su domicilio por falta de apoyos sociales.
Estamos hablando de cuidados profesionales que debidamente coordinados con sanidad, producen de forma directa ahorros necesarios que podrían aplicarse a nuevos procesos. El enfermo necesita que le curen pero también que le cuiden, que se sienta acogido, comprendido. Ello incrementará su confort y calidad de vida. Situación que le ayudará a superar lo mejor posible su enfermedad, su convalecencia y su rehabilitación.
Por todas estas razones debemos profundizar en el desarrollo de políticas de cuidados, que con una buena coordinación con lo sanitario, producirán a corto plazo importantes beneficios. Debemos asumir que cuidar es tan urgente como curar.