15/10/2024.- La sostenibilidad ambiental es uno de los aspectos en los que más está trabajando el sector sanitario. La gestión eficiente de recursos naturales en la actividad productiva, permite su preservación para las necesidades futuras. Los efectos del cambio climático y la contaminación se relacionan directamente con el desarrollo de patologías respiratorias, cardiovasculares, oncológicas y con la aparición de patologías emergentes, como las enfermedades tropicales en países como España.
En esta entrevista, la Dra. Mª Mercedes Ortiz Otero, jefa de Desarrollo, Calidad y Responsabilidad Social del Hospital Universitario de Fuenlabrada y miembro del Comité Científico de la Fundación Economía y Salud, hablamos sobre las medidas y herramientas que pueden emplear los centros sanitarios para impulsar la gestión responsable de recursos, promover la circularidad y reducir su huella ambiental.
1.- ¿Cuáles son los principales desafíos que enfrenta el sector salud al implementar las acciones de economía circular?
No hay una receta fácil que nos permita abordar los retos ambientales a los que se enfrenta la gestión de la sanidad y su sostenibilidad. Quería compartir algunas ideas claves sobre la sostenibilidad y la responsabilidad social, en donde se incluye, como no puede ser de otra manera, la gestión medio ambiental y la economía circular en el sector sanitario.
Lo primero que debemos hacer es tratar de aprender a pensar diferente sobre las cosas que tenemos y hacemos de forma habitual. No se trata de pensar cosas nuevas, sino “diferentes”. Hay que promover un cambio cultural en la adopción de nuevos paradigmas, que nos permita desterrar el despilfarro de recursos y bienes y evitar los malos hábitos de comportamiento y de consumo. La propia naturaleza, es capaz de reciclar y regenerar los residuos naturales que se crean, pero eso no ocurre con los residuos que generan los humanos, y mucho menos cuando estamos hablando del sector salud.
El sector sanitario genera a nivel global el 4,6% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero. Y por tanto, debería ser uno de los primeros en trabajar para reducir este hecho. De lo que se trata es de asumir un nuevo paradigma de modelo de negocio que busque opciones para minimizar el elevadísimo uso de productos y recursos naturales y se pueda reducir la emisión de gases tóxicos y generación de residuos, para el medio ambiente y las personas.
Para ello, tenemos que cambiar nuestro sistema productivo lineal al que estamos acostumbrados y reemplazarlo por un sistema circular, para poder mantener la sostenibilidad del sistema, tanto desde el punto de vista económico, medioambiental y de salud para las personas. La sostenibilidad ambiental siempre ha estado interconectada con la salud, puesto que un medio ambiente contaminado, genera problemas en la población, como el incremento de enfermedades cardiovasculares, alergias y enfermedades infecciosas. Por ello, no resulta extraño que para el sector salud sea una cuestión prioritaria alcanzar los objetivos de sostenibilidad ambiental.
El sector sanitario genera a nivel global el 4,6% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero. Debemos asumir un nuevo paradigma de modelo de negocio que busque opciones para minimizar el elevadísimo uso de productos y recursos naturales y reducir la contaminación.
Tenemos que desterrar el concepto de “usar y tirar” al que estamos acostumbrados durante tantos años, Este modelo de “uso único” no es sostenible, y está arraigado desde nuestra formación como estudiantes, con una mentalidad lineal: extraer, transformar, usar y tirar. Esta forma de trabajo, resulta caro económicamente para las instituciones sanitarias, conlleva una gran demanda de recursos, y desafortunadamente los recursos no son infinitos y éstos son escasos y valiosos, como ha ocurrido en la pandemia en 2019 y desde el punto de vista de sostenibilidad medioambiental es muy negativo.
Este es un reto, que habrá que abordar en el sector sanitario, aunque resulte a priori compleja la implantación de la circularidad. Por ello, hay que tratar de crear proyectos y normativas que faciliten esta transición hacia una economía circular. Se trataría de dar valor a los productos y residuos que ya tenemos, diseñando procesos que eliminen o reduzcan la contaminación y alarguen el ciclo de vida de los productos, componentes y materiales que utilizamos. Tenemos que dar valor a todo lo que tiramos o que no consideramos útil. De este modo, tendríamos una riqueza enorme.
2.- ¿Qué oportunidades ofrece la economía circular para la gestión de residuos médicos y la utilización de recursos?
Una gestión de los residuos adecuada. Gran parte de los residuos que desperdiciamos terminan en vertederos, incinerados o, a veces, circulando libremente por las calles, sin tener en cuenta que tienen un valor. No tienen uso directo para mí, pero pueden tener valor para otra organización, para otra industria o para otro sector. Es decir, se pueden reutilizar y obtener materias primas para otras industrias mediante el reciclado por empresas especializadas en ello.
Por tanto, se crean oportunidades de negocio relacionadas con la transformación, recuperación, reciclado y reparación de algunos residuos, como pueden ser algunos equipos electro-médicos, que podrían ser utilizados en otros servicios con otras necesidades de precisión y rendimiento y menor exigencia.
Tenemos que tratar de crear proyectos y normativas que faciliten esta transición hacia una economía circular. Se trataría de dar valor a los productos y residuos que ya tenemos: a todo lo que tiramos o que no consideramos útil. De este modo, tendríamos una riqueza enorme.
Debemos reivindicar el derecho a la valorización de residuos y su reincorporación al ciclo productivo, de forma que sean aprovechables en la cadena de valor como envases plásticos, papel, orgánicos para compost y abonos, vidrio, productos electrónicos, pilas y baterías, etc.
Independientemente de todo lo anteriormente dicho, y por sus implicaciones en materia de seguridad e higiene, ciertos residuos hospitalarios especiales y peligrosos de tipo orgánico y químico, deberán ser gestionados fuera del circuito circular que estamos comentando, de acuerdo con la legislación específica aplicable para cada caso y adoptando los procedimientos específicos definidos por las autoridades sanitarias competentes en esta materia.
La utilización de energía renovable, (placas solares), tratar de ajustar su demanda mediante, por ejemplo, ajustar la temperatura ambiental de los despachos y habitaciones, con el apagado sistemático de los equipos eléctricos cuando no se estén utilizando, la colocación de toldos en las zonas de alta insolación para mejorar el rendimiento de los equipos de climatización, el apagado de los ordenadores en las consultas y despachos de las empresas cuando dejan de estar en funcionamiento y operativos al acabar la jornada laboral, etc. También mejorar el aislamiento termostático de las ventanas, para evitar un derroche de energía.
Así mismo la potenciación del uso en cocina del horno, evitando el uso del gas, para fritos etc., fomentando además una dieta más saludable. Del mismo modo, revisar la salida de gases en cocina evitando fugas y excesos de consumos. Otra medida responsable con el uso de recursos es ajustar el uso del agua dentro de los hospitales, instalando reguladores del caudal, de forma que se reduzcan sensiblemente los litros utilizados.
Por supuesto, la reducción del uso de plástico y reciclado del mismo, que se puede conseguir con varias estrategias:
- Empaquetado de la ropa limpia de lencería envuelta en papel.
- Eliminación de las bolsas de plástico.
- Evitar la retirada de los contenedores de residuos hospitalarios, reciclándolos y retirando los mismos en bolsas especiales, evitando incinerar los contenedores. De este modo se reduce el coste de la gestión de estos residuos peligrosos y la contaminación.
- Campañas de sensibilización entre los profesionales y los usuarios de los centros sanitarios, fomentando la concienciación de todas las personas.
3.- ¿Cómo se puede fomentar la innovación y la colaboración para ser más sostenibles?
Con el ecodiseño, un diseño de productos y servicios más sostenibles, que es un término muy utilizado en la industria y que, en el sector sanitario, no está todavía muy desarrollado. Esto es, en parte, por la gran cantidad de residuos que genera el sector y por la limitación de las contraindicaciones de seguridad y asepsia que pueden suponer algunas prácticas de reutilización.
Lo que se pretende con estas estrategias de eco innovación y eco diseño, es mejorar la optimización de la fabricación de productos, procurando alargar al máximo su ciclo de vida útil (obsolescencia programada) y facilitar el reciclaje o recuperación al final de su vida útil. Para ello, se emplean tecnologías sostenibles en los procesos productivos que reducen el impacto ambiental y facilitan las operaciones de mantenimiento preventivo, reparación, reutilización y reciclaje de los equipos.
El ecodiseño permite crear infraestructuras sostenibles que mejoran la optimización de la fabricación de productos, procurando alargar al máximo su ciclo de vida útil y facilitar el reciclaje o recuperación al final de su vida útil.
También se puede hacer una servitización de uso de los productos, es decir, cambiar el concepto de propiedad por el de uso o pago por servicio, que en algunos casos puede ser ventajoso para los centros sanitarios. Por ejemplo, se pueden fomentar las fórmulas de leasing o renting por el uso de los equipos, de manera que el mantenimiento y conservación sea llevado a cabo por el fabricante, produciendo una ventaja considerable en eficiencia y ahorro económico.
Así mismo, a través de la simbiosis colaborativa, es decir, una eficaz colaboración entre la producción de productos y su consumo que genere una cadena colaborativa, entre la entrega de productos, recogida y selección de los residuos. Este proceso estaría apoyado por la transparencia de la informática, de forma que los residuos generados por una organización sirvan de productos (materia prima) para otras. Por ejemplo, en equipos de electro-medicina, alquiler, renovación, reparación, recuperación, uso compartido, centrales de compra, mercado de equipos de segunda mano, o donaciones a otras organizaciones.
Otras medidas que impulsarían la sostenibilidad en los centros sanitarios serían:
- La participación de los profesionales, facilitando información y formación y un retorno de aquellas acciones sostenibles que se han implementado.
- Cambiar patrones de consumo, siempre pensando en evitar el derroche de luz, agua, excesiva calefacción en invierno, una climatización intensa en verano. Reciclaje de aquellos envases o productos que ya no necesitamos.
- Crear campañas de sensibilización de la sostenibilidad ambiental, para mejorar la gestión de los recursos naturales y la gestión de los residuos, como concursos de segregación de residuos entre profesionales del hospital, pero también con usuarios del mismo. Recordatorios de apagado de las luces de las consultas, y despachos.
- Evitar el desperdicio alimentario con aplicaciones de recogida de comida como Too Good to go o Encantado de comerte, en donde se ofertan raciones de comida para poderlas adquirir a un menor precio, pero que son saludables, apetitosas y se evita el desperdicio de comida.
Como profesionales de la salud y usuarios del sistema sanitario, debemos estar concienciados para trabajar y superar estos desafíos, siempre dando la mejor asistencia sanitaria a nuestros pacientes, y tratar de motivar y ayudar a nuestros profesionales que son fundamentales también en el sistema sanitario para hacer realidad la sostenibilidad y la responsabilidad social tanto dentro de nuestro entorno como de nuestro sistema sanitario.