El papel de la Atención a Domicilio en el Sistema Nacional de Salud. Entrevista a Carlos Peña, vocal del Comité Científico de FES

25/11/2024.- La atención domiciliaria es un modelo en el que los cuidados se proporcionan en el hogar de la persona, trascendiendo de las ubicaciones clásicas de los centros sanitarios. Permite proporcionar cuidados personalizados, facilita la prevención y el manejo adecuado de las enfermedades y asegura que la persona pueda permanecer en su ambiente habitual el máximo tiempo posible. Una atención integral, integrada y humanista.

Para ampliar el estado actual de este ámbito en el Sistema Nacional de Salud, hablamos con Carlos Peña Laguna, subdirector de Enfermería de Atención Primaria en la Gerencia de Atención Integrada de Ciudad Real, perteneciente al Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM) y miembro del comité científico de la Fundación Economía y Salud. Es un destacado experto en gestión sanitaria y políticas de salud. En los proyectos de la Fundación, ha tenido un papel importante con un enfoque particular en la atención domiciliaria y los modelos de atención integrados.

Como vocal del Comité Científico de la Fundación Economía y Salud, desempeña un papel fundamental en la evaluación y desarrollo de estrategias para optimizar el sistema sanitario en España. Su trayectoria profesional abarca la gestión sanitaria y el diseño de medidas innovadoras para mejorar el sector salud, con énfasis en la eficiencia, la sostenibilidad y la humanización de la atención.

 

1.- La atención domiciliaria multidisciplinar se presenta como un cambio de paradigma en los modelos de atención sanitaria. ¿Cuáles son para usted los elementos clave que la distinguen de los modelos tradicionales?

La atención domiciliaria multidisciplinar es más que un servicio o una actividad asistencial; es un enfoque transformador. Se aleja de los espacios tradicionales como hospitales o centros de salud para ofrecer una atención más holística y humanizada en el entorno del paciente. Este modelo integra la promoción de la salud, prevención de enfermedades y la gestión de las enfermedades crónicas, incluso en periodos de reagudización, desde una perspectiva biopsicosocial ampliamente integradora. Además, permite a los pacientes mantenerse en un entorno familiar y seguro, con mínima interferencia en su vida cotidiana, lo que fomenta su independencia y calidad de vida.

Sin lugar a dudas, también tiene en cuenta la Salud Comunitaria como un espacio en el que la sanidad no es el único agente de salud sino que trabaja en coordinación con otros actores para conseguir una atención mucho más integrada. Esto es especialmente significativo a nivel de la atención domiciliaria, debido al elevado componente social y humano, tanto en el espacio urbano como en el rural.

Desde una perspectiva estratégica, la atención domiciliaria representa una solución mucho más eficiente para los sistemas sanitarios. Al reducir el consumo de recursos hospitalarios, como las camas de agudos y los servicios de urgencias, contribuye a aliviar la presión sobre los centros de salud y permite reinvertir recursos en otros aspectos clave del sistema. Este modelo ya ha demostrado ser eficaz en contextos internacionales, no solo en términos económicos, sino también en la mejora de los resultados en salud y satisfacción del paciente.

En definitiva, la atención domiciliaria, desde este enfoque, busca revolucionar el concepto de cuidado para ofrecer una atención verdaderamente centrada en la persona, diseñada para respetar su voluntad y su estilo de vida, y que coloca el domicilio en el centro de una atención sanitaria más humanizada y sostenible.

La atención domiciliaria multidisciplinar es más que un servicio o una actividad asistencial; es un enfoque transformador. Se aleja de los espacios tradicionales como hospitales o centros de salud para ofrecer una atención más holística y humanizada en el entorno del paciente.

 

2.- En el Índice FES se menciona la importancia de consolidar equipos multidisciplinares. ¿Qué papel juegan las diferentes profesiones sanitarias y cómo se coordina su trabajo en este modelo?

La coordinación entre profesionales es fundamental para el éxito de este modelo. Médicos, enfermeros, farmacéuticos, trabajadores sociales, además de otros profesionales, trabajan en sinergia para garantizar una atención integral. Cada profesional sanitario aporta una perspectiva única y complementaria que permite ofrecer una atención integral al paciente. La enfermería, especialmente con los nuevos especialistas en enfermería familiar y comunitaria, lidera el cuidado en domicilio en un 90%. La clave está en fomentar la comunicación, aprovechar las herramientas digitales y establecer mapas competenciales claros que definan roles y responsabilidades para cada profesional en función de las necesidades del paciente. No debemos olvidar la importancia de elevar las competencias, de cada categoría, hasta su techo competencial, de tal manera que logremos ser más eficientes y dar la respuesta más adecuada a los ciudadanos en función de la necesidad que tengan. Esto es relativamente importante en términos de accesibilidad en Atención Primaria.

Además, este modelo no solo mejora los resultados en salud, sino que también refuerza la experiencia del paciente. Al recibir atención coordinada por un equipo cohesionado, el paciente siente que sus necesidades están siendo atendidas de manera integral. Este enfoque favorece la continuidad del cuidado, mejora la calidad percibida y la experiencia del paciente y, además, permite anticiparse a complicaciones, reduciendo hospitalizaciones y la atención a demanda sin cita.

Por último, la formación continua es esencial para mantener la eficacia de los equipos multidisciplinares. Proveer a los profesionales con oportunidades de aprendizaje, desde habilidades técnicas hasta competencias transversales como la comunicación y el liderazgo, asegura que estén preparados para trabajar en entornos tan dinámicos como los que plantea la atención domiciliaria. Este enfoque colaborativo y bien estructurado es la base para transformar la atención domiciliaria en un pilar del sistema sanitario eficiente y centrado en el paciente.

La coordinación entre profesionales es fundamental para el éxito de este modelo y garantizar una atención integral. La enfermería, especialmente la familiar y comunitaria, lidera el cuidado en domicilio en un 90%. La clave está en fomentar la comunicación, aprovechar las herramientas digitales y establecer mapas competenciales claros que definan roles y responsabilidades.

 

3.- El índice FES asigna un 8.5% al área de atención domiciliaria. ¿Qué significa esta cifra en términos de impacto y cómo se relaciona con la eficiencia del sistema sanitario?

Aunque el área de atención domiciliaria representa un 8.5% del Índice FES, su influencia en este índice es muy significativa debido a su carácter transversal. Este porcentaje refleja la importancia estratégica de este modelo dentro de un marco más amplio de medidas dirigidas a mejorar la eficiencia y sostenibilidad de los servicios sanitarios.

La atención domiciliaria no solo se limita a las visitas de los profesionales sanitarios a los hogares, sino que abarca un enfoque proactivo que integra la promoción de la salud, la prevención de enfermedades y la gestión intensiva de casos, con un impacto positivo directo en la utilización de recursos.

Al trasladar los cuidados a los domicilios, se reduce la presión sobre los hospitales, evitando ingresos innecesarios y disminuyendo las estancias hospitalarias, que son los elementos más costosos del sistema. Este enfoque ya ha demostrado ser eficiente en experiencias internacionales, como Buurtzorg en los Países Bajos, donde se lograron ahorros de hasta un 25% en los costes totales, o el modelo HBPC de Estados Unidos, que logró una reducción similar. Estos ejemplos destacan cómo la atención domiciliaria no solo ahorra recursos económicos, sino que también permite reinvertir en áreas críticas del sistema, como la atención primaria o los cuidados paliativos.

Además, este modelo tiene un impacto humano y social significativo. Permite que los pacientes reciban cuidados en un entorno familiar y seguro, lo que mejora tanto su bienestar emocional como la satisfacción general con el sistema sanitario. Desde el punto de vista de la planificación sanitaria, un sistema que prioriza la atención domiciliaria es más adaptable y resiliente, especialmente en situaciones de crisis como la pandemia pasada de COVID-19, donde los servicios no presenciales y domiciliarios demostraron ser esenciales.

 

El enfoque proactivo de la atención domiciliaria integra la promoción de la salud, la prevención de enfermedades y la gestión intensiva de casos, con un impacto positivo directo en la utilización de recursos. Al trasladar los cuidados a los domicilios, se reduce la presión sobre los hospitales, evitando ingresos innecesarios y disminuyendo las estancias hospitalarias, que son los elementos más costosos del sistema.

 

4.- La tecnología juega un papel destacado en la transformación del modelo de atención. ¿Cómo puede la digitalización potenciar la atención domiciliaria?

La digitalización es un catalizador clave para maximizar el potencial de la atención domiciliaria, permitiendo una atención más accesible, personalizada y eficiente. Herramientas como la telemedicina, las plataformas de seguimiento remoto y las historias clínicas interoperables permiten un acceso más rápido y eficaz a los datos del paciente. Esto facilita la toma de decisiones en tiempo real y optimiza los recursos. Además, la teleasistencia y eHealth fortalecen la atención no presencial, mejoran la experiencia del paciente y fomentan una organización líquida, adaptada a las necesidades individuales y comunitarias. Por ejemplo, con la telemedicina, los profesionales sanitarios pueden realizar consultas virtuales, evaluar la evolución de un tratamiento y ajustar terapias de manera inmediata, reduciendo la necesidad de traslados tanto para el paciente como para el personal sanitario.

El uso de dispositivos de monitorización remoto, como sensores de signos vitales o herramientas de seguimiento para enfermedades crónicas, permiten recopilar datos en tiempo real, lo que facilita la detección precoz de complicaciones. Esto no solo mejora los resultados clínicos, sino que también optimiza la asignación de recursos, concentrando los esfuerzos donde más se necesitan. Asimismo, el acceso a historias clínicas electrónicas interoperables asegura que todos los profesionales involucrados en la atención tengan acceso a información actualizada y completa, evitando errores y duplicaciones.

La digitalización es un catalizador clave para maximizar el potencial de la atención domiciliaria, permitiendo una atención más accesible, personalizada y eficiente. Herramientas como la telemedicina, las plataformas de seguimiento remoto y las historias clínicas interoperables permiten un acceso más rápido y eficaz a los datos del paciente.

El entorno digital también favorece la integración de redes de apoyo comunitarias y familiares en el proceso de cuidado. Por ejemplo, aplicaciones de gestión de cuidados permiten a los familiares y cuidadores estar al tanto de la evolución del paciente, participar en la toma de decisiones y coordinarse con el equipo sanitario. Además, las plataformas digitales pueden fortalecer el rol del paciente experto, proporcionándole herramientas para gestionar activamente su salud, fomentando así su autonomía y compromiso con el tratamiento.

Sin embargo, el verdadero reto de la digitalización, será conseguir que, atendiendo a lo que nos dice la metodología LEAN, seamos capaces de reducir las ineficiencias en la atención y consigamos optimizarla de manera profunda, desburocratizándola, para que los profesionales puedan tener más tiempo de calidad con los ciudadanos.

 

5.- A partir de los datos presentados en el Índice, ¿qué recomendaciones generales propone para seguir desarrollando y mejorando el modelo de atención domiciliaria multidisciplinar en España?

Para continuar en la senda de la mejora continua y alcanzar la excelencia, desde la Fundación Economía y Salud, proponemos una serie de recomendaciones generales, las cuales tendrán en mayor o menor medida su grado de adaptación en las diferentes Comunidades Autónomas en función del nivel de desarrollo de las mismas:

  1. Evolución hacia un modelo centrado en el domicilio: Es necesario avanzar hacia una conceptualización que priorice el domicilio como el centro de la atención sanitaria. Esto implica alejarse del hospitalocentrismo tradicional, potenciando estrategias que permitan a los pacientes permanecer en su entorno habitual el mayor tiempo posible, con el apoyo adecuado de profesionales y recursos.
  2. Fomento de la atención no presencial: La teleasistencia y herramientas digitales como eHealth y mHealth deben ser integradas plenamente. Estas tecnologías no solo optimizan la asignación de recursos, sino que también mejoran la experiencia del paciente al facilitar un acceso rápido y continuo a la atención.
  3. Refuerzo del papel de los profesionales de enfermería: La incorporación de enfermeros especialistas en atención familiar y comunitaria es una oportunidad clave como disruptores. Estos profesionales deben ser líderes en el cuidado domiciliario, con un mapa competencial que defina claramente sus roles, y programas formativos que los preparen para los desafíos actuales y futuros.
  4. Trabajo en red y multidisciplinariedad: Es fundamental consolidar equipos multidisciplinares que trabajen en colaboración activa. Este modelo no solo debe incluir médicos y enfermeros, sino también farmacéuticos, trabajadores sociales y otros especialistas. Además, se debe fomentar la participación de las redes comunitarias, asociaciones de pacientes y cuidadores informales, fortaleciendo el entorno de apoyo del paciente.
  5. Atención proactiva y prevención: El modelo debe incorporar estrategias que promuevan la salud y prevengan enfermedades antes de que estas se agraven. La gestión de casos, basada en sistemas de estratificación poblacional, permite asignar recursos según la complejidad y necesidad de los pacientes, mejorando tanto la eficiencia como los resultados.
  6. Cambio normativo y ampliación de la cartera de servicios: Es necesario adaptar las normativas para permitir una mayor flexibilidad en la prestación de servicios a domicilio, incluyendo la universalización de estos servicios en todo el territorio nacional. Esto implica ampliar la cartera de servicios domiciliarios para que sean accesibles a todos los pacientes que los necesiten.
  7. Medición de resultados y mejora continua: Incluir métricas como los PREMs (Medidas de Experiencia del Paciente) y PROMs (Medidas de Resultados Reportados por el Paciente) permitirá evaluar no solo la efectividad clínica y la eficiencia, sino también la satisfacción y calidad de vida de los pacientes. Esta información debe usarse para implementar mejoras continuas en los procesos y estrategias.